Cómo conmemorar la vida: el Día de los Difuntos

Cómo conmemorar la vida: el Día de los Difuntos

Se celebra a primeros de Noviembre la festividad para honrar o recordar a los difuntos. Conmemorar a aquellas personas que nos dejaron, visitar sus tumbas, celebrar homenajes, o recordarles de alguna manera. Esta fecha marca un objetivo importante en el trabajo en duelo y me parece interesante hablar de ello en las fechas que nos ocupan. Es importante dedicarle un tiempo a ese proceso de duelo. No necesariamente en estas fechas, pero si en varios momentos del proceso.

 

Perder a alguien es duro, y no hay un medidor para ello, pero si elementos que facilitan que el duelo se convierta en patológico o no. Vamos a ver algunos de los elementos que favorecen hacer un duelo sano o patológico. Estos pueden ser:

 

  • Comunicación del fallecimiento mal gestionado (falta de información, fantasías, soledad, frialdad…)
  • Muerte inesperada, súbita y/o antinatura (muerte de un hijo)
  • Muertes traumáticas (asesinato, homicidio, accidente)
  • Salud mental deteriorada o trastorno previo
  • Duelos anteriores no resueltos
  • Escasa o nula red social
  • Suceso ocurrido en un mal momento vital
  • Relación conflictiva o ambivalente con el fallecido
  • Relación de dependencia con el fallecido, a más ámbitos de dependencia más dificultad para rehacer la vida
  • Perdida múltiple, de varias personas al mismo tiempo
  • Duelo sin cadáver, con caso abierto, desaparición…
  • Proceso de fallecimiento o enfermedad doloroso o gestionado de manera errónea
  • No poder hablar de la pérdida o tener el sentimiento de que ha de ocultarse: perinatal, suicidio, homosexualidad, sida…
  • Responsabilidades y recursos de la persona para su afrontamiento tras la perdida

 

Estos elementos pueden favorecer que el proceso se convierta en un sufrimiento añadido a la propia perdida. Es importante tener en cuenta que la sociedad actual, además de los factores mencionados, no facilita este proceso. Se considera la vida como un proceso que podemos controlar, y las emociones se convierten en algo manejable a nuestro antojo. Se ha creado la idea de felicidad continua y a capricho. Cualquier elemento que sea una molestia podemos eliminarlo o convertirlo en algo positivo. Obviamos el paso del tiempo o lo negamos con tratamientos de belleza, para no aceptar fenómenos naturales de la propia vida, que nos ayudan a ser conscientes del tiempo y su paso.

Convertimos lo natural en procesado y eliminamos todos los elementos que no nos gustan en otra realidad. Dejamos de estar en contacto, cada vez más, con la vida en su más pura esencia, para convertirla en una película idílica. La muerte como proceso natural tiene que estar y tal vez estas fechas sirven para entrar en contacto con ella, celebrar la vida y los recuerdos que el otro nos dejó, disfrutar del presente, vivir el momento sin agonía y exigencia, sino con sencillez y aceptación. El duelo existe y existirá siempre en nuestra vida, solo hay que saber gestionarlo o aprender con los distintos duelos que se van presentando.

 

Es un buen momento para hacer pequeñas ceremonias, con más o menos solemnidad, llevar flores, hacer recordatorios o reuniones, ir a sitios especiales en nuestra historia, o hacer cosas que hacíamos con esa persona, en su honor. Todo aquello que recoloque la perdida en nuestra vida presente desde el cariño y la aceptación.

 

En algunas culturas se festeja la muerte. Es difícil vivirla así en nuestra cultura. Si no honramos la muerte, al menos que lo hagamos con la vida. Son elementos inseparables, que cuanto mas distanciemos más grietas nos creara.

 

Ángela Santos

 

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