Exposición de los jóvenes a las Redes Sociales III
Como prevenir y solucionar estas situaciones. Soluciones concretas
Qué pueden hacer los padres y madres
- Es fundamental la prevención de estas situaciones concienciando a los jóvenes en la importancia de la privacidad para la seguridad y para la intimidad. El criterio que el joven tiene que desarrollar ha de ser propio para que puedan defenderlo cuando se encuentren solos frente a su pantalla. Por esto es interesante que se cree previamente un espacio de debate, reflexión y anticipación de consecuencias con adultos.
- Es importante lograr transmitir confianza, autoestima y la habilidad de comunicar y solicitar ayuda a un adulto si se dan estos casos.
- La escucha activa y sin enjuiciarle ni a él, ni a su conducta es fundamental para que comparta sus preocupaciones. Hay que transmitirle que le vamos a apoyar y ayudar.
- Retirar el acceso a internet o al dispositivo puede ser un freno, pero no una solución. El control parental es un recurso que viene en muchas aplicaciones y podemos optimizar la ayuda que supone. La normalización del uso de las redes facilita que nos confiemos y no mantengamos las medidas de protección en el tiempo.
- Es importante que los padres, madres y educadores sean capaces de trasladar a los menores la confianza suficiente como para que, ante sospecha de un problema, recurran a un adulto.
- Ante un posible robo de identidad hay que acudir a la policía para su investigación y protección.
Qué puede hacer el joven:
- No reenvíes material que vulnere la intimidad de un tercero, conocido o no, mañana puedes ser tú. El hecho de reenviarlo sin autorización del titular o protagonistas ya supone ir en contra de la ley.
- Si el acoso cibernético está relacionado con la escuela, acude inmediatamente a la dirección del centro para que ponga en marcha los protocolos necesarios.
- No compartas ni publiques más de lo necesario y configura niveles de privacidad entre tus contactos. Reserva lo íntimo y anticípate a las consecuencias posibles.
- Nunca envíes tus claves y jamás los compartas con nadie. Utiliza claves seguras.
- Piensa antes de compartir: Lo que publicas en internet es fácil de encontrar, se puede viralizar y permanece en las redes en el futuro.
- No te dejes engañar por regalos u ofertas increíbles.
- No entres en ataques personales por las redes y bloquea a usuarios que ataquen el bienestar o la intimidad. El anonimato y la democratización de las redes está facilitando la impulsividad y la falta de freno para decir cualquier cosa. Esto supone en muchos casos vulnerar el respeto del otro y un alto nivel de agresividad verbal.
- Tener un buen antivirus actualizado.
- No abrir vínculos o noticias extrañas, ni abrir mensajes de correo electrónico que provienen de desconocidos.
- No abrir y eliminar mensajes sospechosos o que soliciten información o verificaciones personales.
No me gustaría concluir sin poner mucho énfasis en que estos casos en consulta son muy habituales de ver. No se trata de casos aislados que no se dan cerca de nosotros. Se trata de jóvenes que guardan silencio en la mayoría de ocasiones y arrastran un peso terrible por sucesos traumáticos que han vivido en este entorno. Que no se vea o no se cuente no significa que no suceda. Estas situaciones pueden conllevar consecuencias emocionales en un futuro que salpiquen a varias áreas de la vida del adolescente, por lo que hemos de poner especial cuidado en prevenirlo. Si se producen estas consecuencias, consulta con un profesional de la psicología para que pueda ayudar.