Clonarse o ser padre

Clonarse o ser padre

En la historia contada en ‘Fundación’ de Isaac Asimov que ahora podemos ver en forma de serie, el líder de un imperio galáctico encuentra la solución para las cuestiones sucesorias que históricamente han provocado guerras e inestabilidad tras la muerte de un monarca. Este emperador decide clonarse, de manera que el imperio siempre cuenta con un emperador niño, uno adulto y otro anciano que será sustituido por un nuevo bebe clon llegado el momento. La idea de este emperador de renunciar a la búsqueda de pareja y la reproducción sexual propia de los humanos que le daría hijos genéticamente diferentes al padre parece bien pensada en aras de la estabilidad. Bajo la premisa de que ese gobernante es el ideal para el sistema, claro. Pero al prescindir de la variabilidad genética, los sucesivos clones idénticos van a arrastrar idénticos caracteres, para bien o para mal. Si el emperador es alérgico a los frutos secos, por ejemplo, sus sucesivos clones lo serán, lo cual es un hándicap para la supervivencia.

 

En la naturaleza, la reproducción asexual es un medio para alcanzar un objetivo de propagación, para llegar más lejos y abarcar más recursos. Las plantas extienden estolones subterráneos y surgen nuevas plántulas unos metros más allá. Los pólipos de los corales se extienden y multiplican mientras así lo hace su esqueleto calcáreo. La estrella de mar pierde un brazo y al poco tiempo dónde sólo había una ya tenemos dos estrellas idénticas. Las hembras de insecto palo ponen huevos sin mediación de macho dando pequeños clones partenogenéticos. Hay infinidad de ejemplos que comparten un mecanismo donde el resultado es la obtención de un individuo nuevo genéticamente idéntico a su padre o madre. Pero la naturaleza es más sabia que el emperador, y alterna esta propagación con la reproducción sexual que implica la intervención de gametos procedentes de dos individuos diferentes. Así, las plantas producen flores, los corales lanzan sus gametos para que sus embriones resultantes formen parte del plancton, una estrella de mar abraza a otra o el insecto palo hace lo propio cuando encuentra un macho disponible.

 

La idea es no jugárselo todo a una carta, puesto que puede que no lleves la mano ganadora si las condiciones del medio cambian. Y es seguro que tarde o temprano cambiarán y esto provocará que los individuos que no tengan caracteres que les permitan adaptarse al cambio terminen por desaparecer. Si yo solo tengo clones, todos iguales, somos todos igual de vulnerables y la especie como tal estará condenada. El aumento de la temperatura y la acidificación de los mares están provocando que colonias enteras de corales perezcan. Pero, en realidad cada una de esas colonias es, desde el punto de vista genético, un solo individuo. En la reproducción sexual de cada especie de coral está la esperanza de que se produzca algún linaje con la capacidad de soportar las nuevas condiciones de los mares y de esa manera sobrevivir y prosperar como especie. Si todos los emperadores son alérgicos, un cacahuete acaba con el imperio.

 

(c) Fernando Zamora