Polillas y mariposas

Polillas y mariposas

Es curioso como la lengua es capaz de con cargar una simple palabra de connotaciones, de manera que el término no solo representa algo, si no que también nos los sitúa inconscientemente en un terreno positivo o negativo. Así, cuando yo digo ‘mariposa’ , estoy seguro de que lo primero que llena tu mente es un despliegue de coloridos animalillos que aletean de flor en flor cumpliendo el importante papel ecológico de la polinización. Un niño dibujará la mariposa provista de cara sonriente y seguramente sería el héroe del cuento, un bello animal que observamos, fotografiamos y protegemos. En la otra cara de la moneda, las polillas probablemente entren en la categoría social de bichos indeseables, una molestia que se cuela en nuestras casas y puede dañar nuestras ropas y cortinas, de manera que tratamos de eliminarlas en cuanto las vemos, usamos repelentes y anti-polillas.

 

Mariposas y polillas pertenecen al orden de los lepidópteros, uno de los grupos de insectos más diversos del mundo con más de 160.000 especies distribuidas en 127 familias. Científicamente no existe una definición que separe las mariposas de las polillas, si no que un biólogo hablaría de lepidópteros de hábitos nocturnos o diurnos. Lo que tienen todos los pertenecientes a este grupo en común es la presencia de un sinfín de escamas diminutas sobrepuestas que cubren su cuerpo y alas y una boca modificada en forma de trompa. Pero estas características son propias del estado adulto o imago, puesto que los lepidópteros pasan por diferentes fases vitales. Atraviesan primero una fase juvenil o de oruga que posee una boca masticadora, fase que abandonan envolviéndose en un capullo o pupa en el interior del cual sufren la metamorfosis que les dotará de las características alas del grupo.

 

Volviendo a las polillas, es cierto que hay especies realmente molestas para los intereses humanos como las polillas de la ropa (Tineola bisselliella) que pone sus huevos en los pliegues de los tejidos y cuyas orugas se ponen las botas a base de comérselos. También las hay que hacen lo propio con el grano almacenado y los cultivos, como hacen las polillas noctuid que ocasionan estas problemáticas en todo el mundo. Sin embargo hay algunas dignas representantes del universo polillil que  no odiamos con tanta saña. El famoso gusano de la seda es la fase larvaria de la polilla Bombyx mori, que tiene un gran valor educativo y como productor de fibra de seda. También es famosa la polilla atlas, que ostenta el título de insecto con mayor superficie de alas del mundo, pudiendo alcanzar una envergadura de hasta 30 cm. También tenemos otra polilla famosa por su singular diseño que le llevo a la portada de una película, la polilla esfinge posee el dibujo de una calavera en el dorso de su torax.

 

Los diseños de las alas de los lepidópteros conocen todas las formas y colores, desde los discretos tonos terrosos habituales de las polillas, hasta los intrincados diseños naranjas y negros de las mariposas monarca, famosas por sus largas y numerosas migraciones. Hay mariposas muy discretas cuando tienen las alas plegadas, pero que suponen una explosión de color al alzar el vuelo, como el caso de las Morpho peleides de un color azul intenso. Las polillas tigre poseen unas alas de colores naranjas, blancos y negros, pero en este caso los lucen como advertencia de su potencial toxicidad. Y hay quien juega al despiste, como la polilla Sesia apiformis, cuyas pequeñas alas y abdomen amarillo logran confundir el ojo para hacer creer que estamos ante una avispa.

 

Los lepidópteros necesitan todo un libro para abarcar toda su inmensa diversidad, más allá de las mariposas que vemos en primavera, hay todo un despliegue de formas y colores que merece la pena conocer.

 

(c) Fernando Zamora