La tristeza en la época más alegre: La depresión en la adolescencia

La tristeza en la época más alegre: La depresión en la adolescencia

La depresión en adolescentes es un trastorno de salud mental que puede resultar grave. Tendemos a usar el término depresión con mucha facilidad. Es un intenso sentimiento de tristeza, desesperanza e ira o frustración que dura al menos 6 meses. Estos sentimientos hacen que sea difícil tener una vida normal y hacer las actividades habituales. También puede haber problemas para concentrarse y no tener motivación o energía. La depresión puede hacer difícil disfrutar la vida o incluso superar el día. Esto resulta un sufrimiento para la persona que lo padece.

Hay que tener en cuenta varios elementos en esta edad tan especial:

– Muchos de los síntomas que sirven para detectar una depresión forman parte de la fase evolutiva del propio adolescente: como la irritabilidad, o el conflicto con los padres.
– Ellos no saben muy bien cómo se sienten, como expresarse o qué conceptos utilizar. Tienen un abanico de estados de ánimo y emociones rápidamente cambiante y tremendamente intenso.
– Sufren multitud de presiones en el contexto en el que se desarrollan: las exigencias académicas, los grupos de iguales, la inseguridad por el aspecto, las constantes, generan sentimientos exagerados que se viven negativamente y autoexigencias altas y frustrantes.

Cualquiera de estos síntomas puede presentarse en niños que no están deprimidos, pero cuando se presentan todos juntos casi todos los días, son señales de alerta de la depresión.

La depresión puede estar presente cuando el adolescente:

• Tiene un estado de ánimo triste o irritable la mayor parte del día. Puede decir que se siente triste o enojado o parece al borde del llanto o de mal humor. Le puede ver llorar sin razón aparente.
• No disfruta de las cosas que antes le hacían feliz. Pierde el interés y la capacidad de disfrute de estas.
• Tiene un cambio notable de peso o en la forma de comer, ya sea mucho o poco.
• Duerme muy poco durante la noche o demasiado durante el día.
• Cansancio, falta de energía o se siente incapaz de hacer tareas simples.
• Se siente débil y sin capacidad para seguir sus estudios.
• Sentimientos de que no vale nada o de culpa. Baja autoestima.
• Problemas para enfocarse o tomar decisiones.
• No se preocupa por lo que pueda pasar en el futuro.
• Achaques y dolores cuando aparentemente está todo bien.
• Pensamientos frecuentes sobre la muerte o sobre el suicidio.
• Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos frívolos.
• Sentimientos de desesperanza o vacío.
• Una alta autocritica, manifestaciones de culpa o recrearse en el castigo o en los fallos hacia sí mismo.
• Pérdida de interés en familiares y amigos o estar en conflicto con ellos. Aislamiento social.
• Tiene una alta sensibilidad al rechazo o al fracaso, y constante e intensa excesiva necesidad de aprobación.
• Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
• Sensación continua de que la vida y el futuro son sombríos y desalentadores.
• Consumo de alcohol y otras sustancias psicotrópicas.
• Agitación o inquietud.
• Disminución de la agilidad en los pensamientos o los movimientos.
• Las calificaciones académicas pueden bajar. Hay ausencias frecuentes a la escuela.
• Menos atención a la higiene personal o la apariencia.
• Ataques de ira y otros comportamientos disruptivos.
• Puede presentar autolesiones: como cortes en los brazos o la tripa, quemaduras, perforaciones o tatuajes.
• Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Puede haber un plan suicida o un intento de suicidio.

Ángela Santos