Herbario Urbano

Herbario Urbano

por Fernando Zamora

Hace unos días que empezaron a aparecer tímidamente las primeras flores, alegrando la gris monotonía del paisaje urbano y provocando alergias a partes iguales. En los alcorques, solares, cunetas y veredas surgen aparentemente de la nada pequeñas plantas que crecen a toda velocidad, florecen y, en cuanto llegan los calores del verano, se secan y vuelven a desaparecer. Estas plantas de vida tan efímera pero capaces de sobrevivir incluso en los huecos entre los adoquines tienen una gran capacidad de dispersión y de adaptación y suelen ser las primeras en colonizar los ecosistemas abandonados por el hombre. En Biología, a estas plantas las llamamos “cosmopolitas” por su amplísima representación en todo el mundo. En el artículo de este mes te ayudaré a reconocer unas pocas muy habituales, es decir, haremos un pequeño herbario urbano.

  • Pan y quesillo: sus pequeñas flores blancas se encuentran coronando un tallo que nace de una roseta de hojas divididas. A lo largo del tallo se pueden ver sus frutos que tienen una curiosa forma de corazón. Hace siglos que su infusión se usa para cortar hemorragias, llegando su principio activo a incorporarse en algunos medicamentos actuales.
  • Jaramago: en este caso las flores son de un color amarillo brillante con sólo cuatro pétalos bien diferencidos. También nace de una roseta de hojas y presenta sus frutos a lo largo del tallo, pero en este caso los frutos son alargados, como unas diminutas vainas de guisantes bien separadas entre sí y del tallo.
  • Hierba de cantores: aunque se la conoce con multitud de nombres dado lo común que es y su antiguo uso medicinal para tratar afonías y asma. Posee unas flores amarillas menos brillantes que las del jaramago y muy pequeñas, agrupadas en tallos que pueden alcanzar el medio metro desde una base de hojas muy divididas. Los frutos también son pequeñas vainas que van a lo largo del tallo y se encuentran muy pegados al mismo.
  • Pata de gallina: otra planta de flor amarilla, pero muy fácil de distinguir porque sus flores tienen cinco pétalos. La planta crece pegada al suelo y con agrupaciones de cinco hojas de las que parte el pequeño tallo que acaba en flor.
  • Diente de león: una planta mucho más conocida de flor amarillo dorado con muchos pétalos y que cuando fructifica, se convierte en esa esfera plumosa que todos hemos soplado alguna vez, dispersando las semillas de esta planta cuyas hojas se consumen en ensalada y las flores son apreciadas por conejos y tortugas.
  • Arveja: en este caso encontramos flores moradas agrupadas en racimos al final de un tallo que presenta hojas emparejadas dos a dos. Es una planta que fija estupendamente el nitrógeno en el suelo y favorece su fertilidad, además de considerarse un forraje de calidad para el ganado.

Con esta media docena de plantas tenemos bastante para ir empezando a caminar buscando los colores que ofrece la primavera a nuestro alrededor. Os propongo que os pongáis un rato las gafas de botánico para tratar de localizar estas plantas que, además de alegrar el paisaje urbano, forman parte de nuestras tradiciones y sabiduría popular.