Tchoukball: el deporte de la paz
Durante mucho tiempo la sociedad se ha ajustado a la práctica de una serie de deportes que surgieron a finales del siglo XIX y principios del XX, creados y cimentados en las normas y comportamientos de la sociedad de aquella época. Siendo actividades creadas con el objetivo de divertir, muchos de estos deportes se crearon para ser practicados solo por unos pocos, y aunque estas barreras de desigualdad han ido cayendo poco a poco, actualmente existe una discriminación notable en su práctica, ya sea por sexo, discapacidad, nivel económico o cultural.
Un siglo después, surge una corriente de nuevos deportes, denominados “alternativos”, con el objetivo de rellenar ese vacío motriz que reclama la sociedad actual y que reúnen una serie de características que hacen de ellos una modalidad deportiva-lúdica PARA TODOS, plasmando así las necesidades de una sociedad que reclama, cada vez más, la inclusión, la coeducación y la igualdad de oportunidades, sin perder el espíritu competitivo, de esfuerzo, de superación, de compañerismo y de divertimento que conlleva el sentido del deporte.
El Tchoukball nació en Suiza en 1970 de la mano del biólogo Dr. Hermann Brandt, el cuál analizó los diferentes deportes y basándose en los principios de la evolución humana, las necesidades físicas, la demanda de la sociedad y su comportamiento, creó el Tchoukball como un compendio de deportes como el baloncesto, voleibol, balonmano y pelota vasca. Es el único deporte galardonado con el premio Thulin (1970) por la Federación Internacional de Educación Física y está considerado por la UNESCO como el deporte de la paz.
Se trata de un deporte de cancha compartida que se juega en una pista similar a la de balonmano en donde se enfrentan 7vs7 . El objetivo principal es, como en muchos otros deportes, marcar más tantos que el adversario y la forma de realizarlo es lanzar con la mano una pelota a un “marco” (el marco, es una especie de cama elástica de 1m. x 1m., colocado en vertical con un ángulo de inclinación de 55°) situado en uno de los extremos del campo y rodeado por un área de 3m. de radio. La pelota tiene que rebotar en la red del marco y botar dentro del campo pero fuera de las áreas que delimitan los marcos, cuando esto ocurre se suma un punto para el equipo que ha lanzado.
Por otro lado, el equipo defensor debe intentar que la pelota que salió rebotada del marco no toque el suelo, si lo consiguen, cambian los roles y el equipo defensor pasa a atacar y el otro, a defender.