Mundo hongo

Mundo hongo

La verdad es que con las plataformas de streaming, la diversidad de programas infantiles entre los que pueden elegir los peques es impresionante. Entre ellos descubrimos muchos educativos y en uno en particular un par de personajes viajaban descubriendo aspectos de la gastronomía. Uno de los capítulos estaba dedicado a las setas y, al principio los protagonistas tenían miedo de ellas porque no sabían lo que eran. Están en la frutería y no son frutas ni verduras, salen de la tierra, creciendo sin luz y adoptan formas y colores rarísimos.

 

Para situarnos, los hongos pertenecen al Reino Fungi dentro del Dominio Eucariota, es decir se trata de organismos cuyas células poseen un núcleo diferenciado, al igual que ocurre con los animales y las plantas. Y dirás, tengo claro que una seta no es un animal porque no se mueve, pero ¿por qué no es una planta? Las plantas son organismos autótrofos, es decir, fabrican su propia materia orgánica a partir de materia inorgánica gracias a la luz del sol en el proceso que llamamos fotosíntesis. Los hongos, por el contrario, son organismos heterótrofos, es decir, deben asimilar materia orgánica ajena para obtener energía. Entonces, ¿son más bien como animales, algo así como las esponjas que no se mueven? Tampoco, pues entre los hongos hay algunos formados por una única célula y los animales son todos pluricelulares. Además los hongos tienen una pared de quitina exclusiva de su grupo y se reproducen mediantes esporas, lo que les da derecho a formar su propio Reino.

 

Un segundo, has dicho que los hongos son heterótrofos, entonces ¿qué comen? Pues forman parte de ese grupo de organismos que cumplen el papel de descomponedores en los ecosistemas. Toman la materia orgánica presente en los suelos, como la madera muerta o las hojas, y la degradan. De paso, este proceso ayuda a enriquecer los suelos devolviéndoles los nutrientes retenidos en dicha materia.

 

Vale, entonces los hongos son las setas. Que no, las setas son una parte de algunos hongos. Los hongos están formados por una maraña de tubitos que se llama micelio que se desarrollan bajo la tierra, emergiendo lo que sería el cuerpo fructífero que llamamos seta y en cuyo interior están las esporas. Por eso, cuando uno va al campo a buscar setas (y ahora es muy buen momento), debe recogerlas en una cesta de mimbre de manera que mientras andamos, las setas recogidas vayan espolvoreando el campo de esporas. Otra cosa que debes llevar es una buena navaja para tratar de sacar las setas sin dañar el micelio enterrado. Y debes acompañarte de alguien que sepa de setas o llevarte una buena guía de campo, pues no todas las setas son comestibles y algunas son muy peligrosas. Hay setas de todos los colores y formas, en incluso setas que pueden brillar en la oscuridad usando el mismo mecanismo que las luciérnagas, con el fin de atraer insectos que se lleven esas esporas de paseo.

 

Ahora que ya lo tienes claro, te voy a complicar la vida diciéndote que también son hongos los polvos que usamos como levaduras para hacer esponjosos bizcochos, de otros hongos se extrae la célebre penicilina, y otros son los responsables de que disfrutemos de los quesos, vinos y cervezas. También nos complican la vida actuando como patógenos más o menos graves, afectando a los alimentos mal conservados como mohos y asociados a las humedades en los edificios. Por último, también los encontramos en una curiosa asociación: se unen a las algas para formar los líquenes que vemos adheridos a las cortezas de los árboles. En esta relación  el hongo le da protección y soporte al alga, que aporta a la unión la capacidad de realizar la fotosíntesis para obtener nutrientes de la que el hongo carece por sí sólo. Lo que no consigan los hongos…

 

(c) Fernando Zamora.