Clonación de la oveja Dolly

Clonación de la oveja Dolly

No hay duda de que todo el mundo conoce, o al menos ha oído nombrar, a la oveja Dolly, y es que esta simpática oveja fue el primer mamífero clonado de la historia.

 

Dolly nació el 5 de Julio de 1996 en el Instituto Roslin, un instituto gubernamental de investigación que pertenece a la Universidad de Edimburgo. No obstante, no se anunció públicamente su existencia hasta febrero de 1997, de ahí que en muchas fuentes se indique erróneamente que nació en 1997.

 

Los investigadores usaron una célula de ubre de una oveja blanca de raza Finn Dorset de seis años. Alteraron su medio de crecimiento para conseguir que las células se mantuvieran vivas, inyectaron una célula en un óvulo sin núcleo no fecundado proveniente de una oveja hembra escocesa de raza Black Face e hicieron la fusión mediante pulsos eléctricos.

 

Una vez hecho esto y antes de implantar el resultado en una «madre de alquiler», se aseguraron de que esa fusión daría resultado a una célula que pudiera desarrollarse normalmente como un embrión. No fue fácil, se realizaron 277 fusiones, y se desarrollaron 29 embriones tempranos que se implantaron a 13 madres de alquiler, aunque solamente uno de esos 13 embarazos llegó a buen puerto dando sus frutos tras 148 días: Dolly por fin llegaba al mundo, aunque su nacimiento, como decíamos, no fue anunciado hasta 7 meses después.

 

Vivió durante 6 años y medio en el Instituto Roslin, tuvo todos los cuidados necesarios y además, se apareó y tuvo crías normales de manera natural. De su primer parto nació Bonnie en 1998, en el segundo parto en 1999 tuvo mellizos, a quienes llamaron Sally y Rosie, y en el siguiente parto trillizos: Lucy, Darcy y Cotton.

 

En el año 2001 llegaron los primeros problemas de Dolly, y es que comenzó a sufrir de artritis, por lo que al caminar sufría increíbles dolores. Inicialmente fueron tratados de manera satisfactoria con antiinflamatorios, pero lamentablemente el 14 de febrero de 2003 se le tuvo que practicar la eutanasia, ya que además de la artritis, Dolly había desarrollado un tumor pulmonar que es frecuente en ovejas criadas en el exterior.

 

Cabe destacar que el promedio de vida de una oveja Finn Dorset es de unos 12 años y que Dolly vivió sólo la mitad.  La explicación que parece más factible hasta el momento para justificar su temprana muerte es que, en realidad, genéticamente hablando, Dolly nació con 6 años ya que fue clonada a partir de la célula de una oveja de seis años (esto explica por qué Dolly envejeció más rápido de lo normal), por lo que, si así fuera, se podría entender que Dolly vivió el tiempo que cabría esperar para una oveja de su raza.

 

Tras su muerte, no fue enterrada. Por considerarse un hito de la ciencia, fue disecada y actualmente se puede visitar en el Museo Nacional de Edimburgo (en la calle Chambers en pleno centro de la ciudad).

 

 

 

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