Pulp Fiction, 30 años de la confirmación del ‘enfant terrible’
“El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por la avaricia de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del Valle de la Oscuridad. Porque él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquéllos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yavé, cuando mi venganza caiga sobre ti!”.
Hace exactamente 30 años, Samuel L. Jackson recitaba el pasaje de la Biblia de Ezequiel, 25-17, en la que era la confirmación de Quentin Tarantino, el ‘enfant terrible’, en el universo Hollywod. Veía la luz Pulp Fiction, tras una opera prima descomunal como Reservoir Dogs.
Siete nominaciones a los Oscar, ganando el Mejor Guion Original; un Globo de Oro al Mejor Guión original y la Palma de Oro de en Cannes, amén de otros premios. Treinta años después de su estreno se nos antoja poco reconocimiento a una película que generó su propia cultura. Florecía el universo Tarantino, el del paquete de Red Apple; con frases para la posteridad como «Soy el Sr. Lobo, resuelvo problemas»; el de descubrir que en Francia, al Cuarto de Libra con Queso, le llaman ‘Royale con Queso’. Y le echan mayonesa a las patatas. ¡Hay que joderse!
Pulp Fiction, la confirmación de un director y el resurgir de un actor mesiánico, como John Travolta, que abandonaba un valle de lágrimas, una carrera estancada, para resurgir cual ave fénix. Aquel baile mítico con Uma Thurman, inspirado, eso sí, en el Ocho y medio de Fellini. Un Bruce Willis de fábula, una banda sonora para la posteridad, diálogos frescos por los que no pasa ni una arruga, treinta años después.
Un homenaje al cine, con ese MacGuffin hitchcockiano en forma de misterioso maletín, una construcción narrativa rompedora, donde cada visionado es diferente al anterior. En definitiva, un clásico del cine moderno que, posteriormente, marcó el resto de trabajos de su director. Un Quentin Tarantino al borde la jubilación, bien merecida, por cierto.
En su treinta aniversario, Pulp Fiction ha vuelto a los cines. Pantalla grande de los Cines Embajador, Cines Golem o los MK2 Cines Paz de Bravo Murillo. Un lujo, en estos tiempos que corren, poder disfrutar de la artesanía cinematográfica de un Tarantino irrepetible.