Pájaros Carpinteros
En nuestro afán de comprender la naturaleza que nos rodea, es muy frecuente que le apliquemos adjetivos, atributos humanos e incluso profesiones a las diferentes especies animales. Así, tenemos martines pescadores, ositos lavadores, pájaros tejedores, peces piloto y hasta peces doctores en el mundo animal. Un trabajador muy conocido sobre todo gracias a un famoso pájaro loco de los dibujos animados, es el pájaro carpintero. Llamado así por su costumbre de perforar la madera de los árboles con su pico para realizar agujeros donde anidar, buscar alimento y también marcar su territorio con el sonido del tamborileo.
Todos los pájaros carpinteros pertenecen a una familia distribuida por todo el mundo, los pícidos, que cuenta con más de dos centenares de especies donde encontramos aves de tamaños entre los veinte y los sesenta centímetros y con bastante variedad en la coloración de su plumaje.
Su gran capacidad de horadar la madera en una posición vertical la logran uniendo dos características imprescindibles. En primer lugar, un buen agarre gracias a sus patas, que tienen cuatro fuertes dedos situados dos hacia delante y dos hacia detrás. Una vez firmemente sujetos al tronco, necesitan emplear una herramienta percutora adecuada: su fuerte y afilado pico que golpean contra la madera hasta 15 veces por segundo. Podríamos pensar que dar picotazos una y otra vez podría acabar afectando a su cerebro y dejarles un poco ‘locos’ como el célebre dibujo animado, pero los carpinteros están preparados para evitarlo. Esto lo hacen gracias a un hueso especial ubicado entre el pico y el cerebro que actúa como amortiguador del impacto.
No son difíciles de ver ya que algunas especies como el Pito Real se han adaptado a vivir en nuestros parques, siempre que encuentre buenas condiciones y cierta tranquilidad. Es relativamente frecuente ver una sombra verde con la nuca roja que realiza cortos vuelos ondulados de un árbol a otro. Esta ave, que alcanza los 30 centímetros de tamaño, tiene un reclamo característico que suena más bien como el relincho o una carcajada que se repite bajando de tono, un sonido que seguramente percibamos mucho antes de haber visto al pájaro agarrado al tronco de algún árbol.
Si al Pito Real lo podemos encontrar en nuestros parques, al otro carpintero que podemos encontrar con más facilidad en nuestro país, el Pico Picapinos, debemos buscarlo en bosques, a ser posible maduros de coníferas, aunque este es un carpintero muy versátil capaz de trabajar todo tipo de maderas. En este caso tenemos un ave que también presenta una nuca roja, pero su cuerpo tiene un bonito patrón negro y blanco, salvo en la zona anal donde volvemos a ver el vistoso color rojo. Ambas especies se alimentan de los insectos y larvas que pueblan la madera de los árboles y atrapan con su lengua fina y pegajosa. En invierno al escasear este alimento, no hacen ascos a comer algunos frutos como bellotas y piñones o tomar savia de los árboles.
Los carpinteros, debido a su forma de vida, se encuentran muy ligados a las masas forestales, por lo que su mayor amenaza es precisamente la degradación o incendio de estas, junto con el uso indiscriminado de insecticidas que acaban con su fuente de alimento y les causan intoxicaciones. Si quieres saber más sobre aves y apoyar la conservación de estas y otras especies, visita la web de la Sociedad Española de Ornitología (seo.org).
Fernando Zamora