Qué hacer ante las conductas insolidarias y peligrosas en pandemia

Qué hacer ante las conductas insolidarias y peligrosas en pandemia

Hace unos días se comentaba mucho en varios medios pinteños un video de una mujer en el Cercanías que iba con la mascarilla incorrectamente puesta. El conflicto pronto se disparaba en el vagón pidiéndole que se la pusiera adecuadamente y no solo se negaba sino que se encaraba con otros viajeros aumentando la tensión considerablemente.

La probabilidad de contagio en el transporte público es muy reducida, con tasas de entre el 1% y el 0,005%”. Este dato contrasta con el peligro que se percibe en este tipo de transporte. Según la última encuesta COSMO-ESPAÑA, elaborada por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), un 65,8% de los encuestados piensa que es probable o muy probable contagiarse en el transporte público. En consecuencia, el 51,6% afirma haber eludido el transporte público para evitar contagiarse.

Me gustaría recoger hoy algunas pautas, si pudieran servir para evitar este tipo de conflictos o situaciones desagradables y peligrosas.

  • Una de las soluciones que mejor previenen este tipo de conductas es la una norma legal clara de quien y como ha de llevarse la mascarilla. La medida establece excepciones para aquellas personas que tengan algún tipo de dificultad respiratoria o cuando el uso de este tipo de protección «resulte contraindicado por motivos de salud» o «inviable en situaciones de discapacidad o dependencia», algunas personas por trastornos en el estado de ánimo (ansiedad, ataques de pánico…) también aluden a esta circunstancia para no usarla. Resulta muy difícil distinguir a las personas exentas por motivos médicos y aquellas que la incomodidad de la mascarilla o creencias ideológicas les hace no llevarla. Es la empresa de transportes quien debe indicar a la entrada de las instalaciones la necesidad del uso de este o las condiciones para ello y controlar el cumplimiento para mantenerse en las instalaciones.
  • A la hora de hacer una petición y para evitar empezar crispando la situación, hemos de intentar mantener la calma. Es una habilidad especialmente difícil en estos tiempos de pandemia y más ante una situación que se considera peligrosa. Mantener la cabeza fría nos permitirá enfocar el problema con más estrategias diferentes y eficaces.
  • Busca un valor que sea importante para la persona que no cumple la norma. La persona puede tener motivaciones muy diferentes que no podemos entender, pero escuchar los argumentos que da nos permite negociar. Puede decir que nadie le va a quitar su libertad, que no tiene covid (en este caso el motivo seria la salud), que nos están engañando o manipulando (la verdad). Usa el mismo valor para pedir el cambio en beneficio de la comunidad: tu libertad es igual que la mía y yo no me siento tranquilo así, no sabes si yo tengo mi salud deteriorada y me dañas, la norma obligada para todos es llevarla adecuadamente, no hay una verdad absoluta en el límite de velocidad pero se cumple porque todos tenemos los mismos derechos.
  • Empatiza, puedes decir cosas como esto está siendo duro para todos, es complicado llevar la mascarilla tantos meses pero es importante, la solución está en que colaboremos todos. La idea es dejarle sin argumentos.
  • Evitar el contagio emocional, que el conflicto no suba de tono por tus palabras. Si fuera así, pide ayuda al personal de la instalación.
  • Intenta mantener la distancia de seguridad o ampliarla si es posible y estar cerca de las puertas que mantienen mejor ventilación.
  • Explica de manera clara y especifica la forma adecuada de llevar la mascarilla.

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