La articulación craneal desconocida

Cualquier dificultad en la movilidad y funcionalidad muscular y articular puede provocar lo que conocemos como trastornos de la ATM.

Muchos conocemos cuales son las articulaciones que forman nuestro cuerpo, articulación del codo, de la rodilla, del hombro, del tobillo, incluso de los dedos; sin embargo, pocas personas habrán oído hablar sobre la articulación temp romandibular.

La articulación temporomandibular (ATM) o el complejo articular craneomandibular, es como cualquier otra articulación, una unión entre dos huesos craneales, maxilar superior e inferior, formada por un disco, un cóndilo y un menisco, entre otras muchas es-tructuras musculares, nerviosas y ligamentosas. Podemos encontrarla en la región maseteriana, aproximadamente a un centímetro del antitrago de la oreja en sentido proximal.

Pero cuando nos referimos a la ATM debemos tener en cuenta que se trata de dos articulaciones, una situada en el lado derecho y otra en el izquierdo de la cara, las cuales funcionan de manera completamente sincronizada.

Cualquier dificultad en la movilidad y funcionalidad muscular y articular puede provocar lo que conocemos como Trastornos de la ATM.

Algunos de los factores desencadenantes de dichos trastornos son: maloclusión dentaria, contracción muscular por estrés, bruxismo, malos hábitos posturales, artritis articular, problemas estructurales congénitos y fracturas o dislocaciones por accidentes, entre otros.

Pueden aparecer síntomas asociados como, por ejemplo, dificultad o molestia al masticar, chasquidos o ruidos al abrir y cerrar la boca, dolor de la zona, de oído o de cabeza, bloqueo mandibular…

Sin embargo, un desequilibrio mandibular no tiene por qué aparecer asociado con estos síntomas, podemos notarlo simplemente con observar si nuestra mandibular se desvía de la línea media al abrir la boca, o si tenemos una limitación que no nos permite una apertura completa de las arcadas dentarias; si la apertura es correcta seremos capaces de introducir los nudillos de los dedos índice, corazón y anular de nuestra mano.

Dependiendo del tipo de alteración que presente el paciente se realizará una intervención preventiva, con el objetivo de favorecer la funcionalidad de la articulación evitando daños de la misma a largo plazo, o correctiva, con el objetivo de disminuir el impacto producido en la calidad de vida del paciente.

En ambos casos la intervención será multidisciplinar formando parte de la misma el odontólogo, el cirujano maxilofacial, el fisioterapeuta y el logopeda experto en terapia miofuncional.

La intervención debe ser abordada con la participación de dichas disciplinas porque el sistema se encuentra formado por:

  • Las arcadas dentarias, lo cual debe ser valorado por el dentista, pudiendo ser necesaria la colocación de férulas nocturnas favoreciendo la oclusión y la reposición mandibular.
  • La unión ósea mandibular, la cual debe ser abordada por el maxilofacial, el cual valorará según el diagnóstico y la severidad del problema cuales son las pautas a seguir. Si es necesario se realizará una intervención quirúrgica, en caso contrario derivará al logopeda para una intervención funcional.
  • La musculatura orofacial, esta será valorada e intervenida por el logopeda experto en terapia miofuncional, realizando una exploración de todas las estructuras implicadas, desde la morfología, la movilidad y la funcionalidad de las mismas, ya que esta articulación forma parte de funciones como el habla y la masticación.

Sin embargo, dicha valoración no se centra solamente en la exploración orofacial, sino que es necesario valorar otras funciones como la postura corporal y la respiración, ya que un desequilibrio corporal o respiratorio puede ser una de las causas de una disfunción articular, siendo necesario en este caso la derivación al fisioterapeuta.

El ser humano es un ser formado por numerosos órganos y estructuras conectadas e interrelacionadas, es por ello que no podemos considerar los síntomas como algo aislado, sino como algo conectado. Así podremos llegar al origen para establecer el punto de partida y marcar unos objetivos completamente individualizados para su posterior intervención.

Pero la intervención multidisciplinar no siempre sigue este sentido. A veces, cuando el paciente tiene sospechas o detecta alguno de los síntomas mencionados, puede acudir al logopeda especialista en terapia miofuncional, quien, tras realizar la exploración de los órganos y estructuras orofaciales, se encargará de la derivación a las disciplinas mencionadas anteriormente, puesto que para una intervención correcta es necesaria la coordinación de todos los profesionales.

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