Tricotilomanía, cuando no puedo parar de arrancarme el pelo.
El problema llega a tal envergadura que empiezan a tenerse calvas en las zonas de arrancado.
Este trastorno de nombre complicado se explica porque la persona que lo padece se arranca el pelo, de la cabeza o no, compulsivamente. El problema llega a tal envergadura que empiezan a tenerse calvas en las zonas de arrancado. La perdida de pelo puede ser visible o no según las características e intensidad de la conducta. El hecho de que las consecuencias puedan ser visibles aumenta el sufrimiento de la persona que padece el trastorno. Pero ¿qué lleva a una persona a llevar a cabo estas conductas?
Se trata de un trastorno del control de impulsos junto con la piromanía, la ludopatía, o la cleptomanía por la tensión que siente la persona antes de llevar a cabo la conducta que se alivia tras realizarla
Se vincula también con trastornos del tipo obsesivo-compulsivo, porque comparten síntomas y mecanismos psicológicos similares. La tricotilomanía a veces aparece acompañada de tricofagia, en el que el sujeto ingiere o mastica el cabello, pudiendo producir obstrucciones digestivas. También puede acompañarse de déficit de atención, tics nerviosos, trastornos del estado del ánimo o de ansiedad. La prevalencia de este trastorno en la población está entre aproximadamente un 0,5-3,6% con incidencia en hombres y mujeres de manera similar. Podemos encontrar variedad de tipos en este trastorno:
DE COMIENZO TEMPRANO
Cuando este tipo de conductas aparece en niños menores de 8 años. Suele tener una duración pasajera, pero hay que evaluar e intervenir en la evolución de este para que no avance en el tiempo y en la intensidad. En algunos casos el trastorno puede llegar a la edad adulta. La manera en que gestionamos la ansiedad en todas las etapas de la vida es muy relevante para la salud mental. Es por ello por lo que una buena educación emocional y entrenamiento de estrategias con este objetivo determinara dicha salud.
AUTOMÁTICO
Se trata de una conducta automática para el sujeto, que no es consciente de lo que está haciendo. La dificultad para ser consciente de esto dificulta su identificación y detección de estas conductas. Normalmente el sujeto realiza la conducta cuando lleva a cabo otra actividad como ver la televisión, estudiar, o trabajar. Este tipo es mayoritario entre las personas que lo sufren.
CONSCIENTE
En este caso el sujeto es consciente de que está realizando la conducta de tirarse del pelo pero lo siente como un impulso irrefrenable que no puede parar. La tensión que siente por dicho impulso se ve rebajada en el momento en que lleva a cabo la conducta del tirón. Este círculo vicioso aumenta y refuerza la conducta.
Los síntomas que pueden relacionarse con estas conductas son sentimientos de ansiedad o tristeza de carácter difuso y generalizado que el paciente no sabe gestionar de otra forma. Una vez que la persona se arranca el pelo experimenta tranquilidad y una sensación de liberación, pero inmediatamente después comienza a sentir culpa, lo que aumenta la sensación de ansiedad y genera un circulo vicioso. Este mecanismo explica el motivo de que el trastorno aumente su intensidad en los momentos en los que la persona tiene picos de emociones que no sabe gestionar.
Algunas de las consecuencias de arrancarse el pelo pueden generar problemas de autoestima (lo cual aumenta las emociones que el sujeto siente que no puede gestionar), sensación de soledad e incomprensión, déficit en las relaciones con el entorno, sentimientos de culpa y de fracaso por la conducta de arrancarse el pelo y por sentir que no puede parar de hacerlo.